Barnard 33, cuna de estrellas.

Una captura limpia de la Nebulosa Cabeza de Caballo.
Barnard 33 o más conocido como la Nebulosa Cabeza de Caballo.

Para celebrar su vigésimo tercer año en órbita, el Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA ha lanzado una impresionante nueva imagen de uno de los objetos más distintivos de nuestros cielos: la Nebulosa de la Cabeza de Caballo. Esta imagen muestra la nebulosa en una luz completamente nueva, capturando penachos de gas en el infrarrojo y revelando una estructura hermosa y delicada que normalmente es oscurecida por el polvo.

Este año marca el vigésimo tercer año de observación para el Telescopio Espacial Hubble. Junto con la ciencia de vanguardia, el observatorio en órbita ha producido innumerables impresionantes imágenes astronómicas. Algunos de los temas más llamativos y bellos de las imágenes de Hubble han sido nebulosas, vastas nubes interestelares de gas y polvo.

Esta nueva imagen de Hubble, capturada y lanzada para celebrar este hito, muestra parte del cielo en la constelación de Orión (El Cazador). La nebulosa de Cabeza de Caballo, conocida como Barnard 33. La nebulosa se formó a partir de una nube interestelar de material que se derrumba y se ilumina al ser iluminada por una estrella caliente cercana [1].

Las nubes de gas que rodean la cabeza del caballo ya se han disipado, pero el pilar que sobresale está hecho de materiales más fuertes, gruesos grumos de material que es más difícil de erosionar. Los astrónomos estiman que la formación de la Nebulosa de la Cabeza de Caballo tiene unos cinco millones de años antes de que también se desintegre.

Comparación de Barnard 33 en diferentes longitudes de onda.

Esta imagen muestra dos vistas diferentes de la nebulosa  Cabeza de Caballo. A la derecha está una vista de la nebulosa en luz visible, tomada con el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral en Chile. La nueva imagen de la izquierda muestra la nebulosa en el infrarrojo, utilizando las observaciones de alta resolución de Hubble cámara de campo 3 (WFC3).
Créditos: NASA; ESA y el equipo de la herencia del Hubble (AURA/STScI); ESO

Esta nebulosa es un objeto muy conocido y un blanco popular para las observaciones, la mayor parte de las cuales demuestran la Cabeza de Caballo como nube oscura silueteada contra un fondo del gas que brilla intensamente. Esta nueva imagen muestra la misma región en luz infrarroja, que tiene longitudes de onda más largas que la luz visible y puede perforar a través del material polvoriento que normalmente oscurece las regiones internas de la nebulosa. El resultado es una estructura más bien etérea y de apariencia frágil, hecha de delicados pliegues de gas, muy diferente a la apariencia de la nebulosa en luz visible.

Hubble.

No podemos ver la radiación infrarroja con nuestros ojos o con las cámaras estándar, que están diseñadas para detectar la luz óptica. Para observar estos objetos, tenemos telescopios sensibles a infrarrojos o instrumentos, como por ejemplo, la cámara de campo ancha 3 de alta resolución del Hubble, instalada en 2009. El emparejamiento de sensibilidad infrarroja y resolución incomparable de Hubble ofrece una pista tentadora de lo que podremos lograr con el próximo Telescopio Espacial Webb, JWST, que se lanzará en 2021.

Algunas nebulosas se forman de maneras mucho más brutales como la nebulosa de la Hélice que se trata de una nebulosa planetaria que es el resultado de una estrella similar a nuestro Sol expulsando fuera sus capas externas en el final de sus días o la nebulosa del Cangrejo, los restos de una estrella masiva explotando como una supernova.

Crédito de la imagen: 
NASA, ESA, y el equipo de la herencia de Hubble (STScI / AURA)

Publicado en Hubble el 19 de abril del 2.013.
-Remodelada-

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